miércoles, 31 de mayo de 2017

Sexto día

Fecha: 07/03/2017
Lugares: Jerusalén y Mar Muerto

Eliens (2014). Recuperado de:
https://pixabay.com/es/mar-muerto-mar-barro-israel-sal-380745/


 Después de desayunar, salimos del hotel para tomar camino al ar muerto. Se le dice Mar Muerto porque sus aguas salitrosas hacen imposible cualquier vida: ni peces, ni algas. La densidad de sus sales es del 26 %, cuando el Mediterráneo tiene sólo un 7 %, y el Atlántico un 6 %. Por eso, se «flota» sobre sus aguas sin hundirse. Es curiosa la experiencia, si se toma el baño: «Boca arriba» sobre el agua se puede leer el periódico. Es además el punto más bajo del mundo. Aquí ocurren también sin número de milagros como la curación de alguno enfermos. (Campillo Briones, A. (s.f). Ahora    bien, yo personalmente no recomiendo que gente que sufra de algún problema muscular valla sin ayuda, Debido a que hay gran cantidad de Barro, es muy resbaladizo y esta rodeado de rocas de sal. Es decir si te caes es muy probable que termines herido y con dolores. No obstante, el barro es realmente bueno, te deja todo tu cuerpo muy suave. Estuvimos en el Mar muerto hasta las 2:00 pm. 

Después de almorzar, tomamos camino a Betania para ir a la Iglesia que se construyó en honor a la resurrección de Lázaro. En la Iglesia recordamos el milagro de la Resurrección de Lázaro. Lectura del Evangelio de san Juan 11,1-46:
«Estaba Betania cerca de Jerusalén, como a unos quince estadios. Muchos de los judíos habían venido a Marta y María para darles el pésame de su hermano. Marta, pues, así que oyó que Jesús llegaba, le fue a encontrar; María, en tanto, quedaba en casa. Dijo, pues, Marta a Jesús: Señor, si estuvieras aquí, no se hubiera muerto mi hermano; no obstante, ahora sé que cuanto pidieres a Dios, Dios te lo otorgará. Dícele Jesús: Resucitará tu hermano. Dícele Marta: Sé que resucitará cuando la resurrección universal el último día. Díjole Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mí, aunque se muera vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? Dícele: Sí, Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios que viene al mundo. 
Marion Dross (2007) Lazarus Bethany. Recuperado de:
https://www.flickr.com/photos/7337467@N04/2845250880
»Y habiendo dicho esto, se fue y llamó secretamente a su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama. Ella, como lo oyó, se levanta al instante y se va para él. Versículo 30: Todavía Jesús no había llegado a la aldea, sino que estaba aún en el sitio donde María lo había encontrado. (Betfagé) Los judíos, pues, que se hallaban con ella en la casa y la consolaban, viendo que María se levantó de pronto y salió, siguieron tras ella, pensando que se iba al sepulcro para llorar allí. María, pues, como vino a donde estaba Jesús, en viéndole se le echó a los pies, diciendo: Señor, si estuvieras aquí no se me hubiera muerto el hermano. Jesús, pues, como la vio llorar, y que lloraban también los judíos que con ella habían venido, se estremeció en su espíritu y se conturbó y dijo: ¿Dónde lo habéis puesto? Dícenle: Señor, ven y lo verás. Loró Jesús. Decían, pues, los judíos: Mira cómo lo quería. Mas algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos del ciego, hacer que también éste no muriese? Jesús, pues, estremeciéndose otra vez en su interior, se dirige al sepulcro. Era éste una cueva, sobre la cual había una losa puesta. Dice Jesús: Quitad la piedra. Dícele Marta, la hermana del difunto: Señor, ya huele mal, que es muerto de cuatro días. Dícele Jesús: ¿No te dije que, si creyeses, verás la gloria de Dios? Quitaron, pues, la piedra. Jesús alzó los ojos al cielo y dijo: Padre, gracias te doy porque me oíste. Yo ya sabía que siempre me oyes; mas lo dije por la muchedumbre que me rodea, a fin de que crean que tú me enviaste. Y dicho esto, con voz poderosa clamó: Lázaro, ven afuera. Y salió el difunto atado de pies y manos con vendas, y su rostro estaba envuelto en un sudario. Díceles Jesús: Desatadlo y dejadle andar. Muchos, pues, de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que hizo, creyeron en él. Mas algunos de entre ellos se fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.» (Campillo Briones, A. s.f).Después de estar un tiempo en la Iglesia recordando el milagro, fuimos a la tumba de Lázaro. 

Luego de visitar la tumba, Jamal nos llevó a una tienda de dulces donde todas terminamos comprando dulces pues sabían muy ricos. Todos estaban hechos a base de pistacho.  Después de esto nos devolvimos al hotel temprano pues teníamos que hacer maleta. En la noche, mi grupo de compañeras y nosotras realizamos una actividad juntas y una de las numerarias nos dio pautas acerca de Roma. 





Fuentes:

Campillo Briones, A. (s.f). Mi guía Práctia de Tierra Santa. [online] Disponible en: ttps://pinfanos.files.wordpress.com/2014/03/guia_tierra_santa.pdf [Se accedió el: 10 May 2017].

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